La minería a cielo abierto es una de las actividades económicas más bárbaras y destructivas de los ecosistemas, es responsable del 40% de las emisiones de gases tóxicos a la atmósferera.
Salmón Urbano | Para Kaos en la Red | 31-5-2011 a las 23:45 | 85 lecturas
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Anacocha, Peru, un paso grande la gran destrucciòn ambiental
Por Silvia Estefanía Gamba.
- El vicepresidente de la Asociación de biólogos de la Universidad del Tolima, que se desempeñó como Coordinador de Proyección Social y docente catedrático de la misma, es hoy uno de los grandes personajes que lidera el movimiento social en contra de la mina La Colosa en Cajamarca. Candidato a magíster en la maestría en Territorio, Conflicto y Cultura, Renzo Alexander García, dio cuenta de cómo se han logrado los procesos de organización y conciencia socio-ambiental en el Tolima por una sensible causa que, más allá de oponerse a la mina, defiende la vida.
Silvia Estefanía Gamba: Teniendo en cuenta que la inversión extranjera y la minería se han convertido en ejes estratégicos de los planes de gobierno de los últimos años ¿por qué enfrentarse a la locomotora de la minería?
Renzo Alexander García: La minería a cielo abierto es una de las actividades económicas más bárbaras y destructivas de los ecosistemas, es responsable del 40% de las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera. Según la Agencia de Protección Ambiental, la industria minera es una de las primeras causas de contaminación de cursos de agua en Estados Unidos. Es ilógico entonces, que sabiendo que las guerras del futuro serán por agua, nosotros estemos permitiendo que los ecosistemas que sustentan la regulación hídrica se vayan a afectar de manera significativa. Es absurdo, que siendo Colombia el cuarto país del mundo con mayor riqueza biótica, el primero con mayor número de aves y anfibios del planeta, el segundo a nivel de plantas, tercero en reptiles y quinto en mamíferos; optemos por el camino del barbarismo ambiental en lugar de aprovechar esta riqueza natural.
SEG: ¿Cuál es la dinámica y qué se pretende con la oposición a la mina La Colosa en Cajamarca?
RAG: Si queremos detener la cultura de muerte de estos proyectos mineros, indiscutiblemente debemos aprender a trabajar en colectivo; sumar fuerza social, cambiar las prácticas y discursos de la resistencia para establecer procesos de movilización de pensamiento y capacidad de propuesta, que permitan entender la necesidad de implementar nuevos patrones de relacionamiento ambiental. De lo contrario, la naturaleza nos seguirá pasando la ‘cuenta de cobro’. Los consecuentes “desastres naturales” que se acontecen por la oleada invernal, son producto de la irracionalidad con que los colombianos estamos tratando nuestras cuencas y bosques altoandinos.
SEG: ¿En qué momento sintió la necesidad de liderar esta causa y cuánto tiempo lleva en ella?
RAG: Llevamos dos años demostrando que por nuestro corazón palpitante circula sangre Pijao, que aunque la pelea sea dura y larga, vamos a ganar, dado que nuestras fuerzas se afianzan en la dignidad que tenemos como tolimenses. La experiencia de este proceso es muy interesante, pues lo que se ha logrado hasta el momento, es fruto del accionar directo de las comunidades de Cajamarca y Anaime, los diferentes grupos universitarios, la diversidad de sectores sociales y políticos, que de manera conjunta y articulada, hemos entendido que el agua y la vida, no tienen precio; que en el Tolima existe gente con dignidad, ética, entereza y firmeza, dispuesta a defender el derecho sus hijos y nietos a un ambiente sano.
SEG: ¿Cuántas personas y qué asociaciones o grupos están hoy oponiéndose a la mina?
RAG: A nivel del país se ha estructurado la Red Nacional Contra la Megaminería Trasnacional (RECLAME), que integra a cerca de 100 organizaciones. En el orden regional contamos con una articulación y dialogo permanente entre sectores sociales, ambientales y culturales del Tolima, Quindio, Risaralda y Caldas. En Cajamarca, hace dos años, Ecotierra era la única organización en resistencia a la Colosa; hoy en día encontramos a COSAJUCA, Conciencia Campesina, OSADA, UCAT, el Observatorio Social y Ambiental. En Ibagué, La Reversa y el Comité Ambiental en Defensa de la Vida, son los escenarios que articulan las organizaciones sociales y ambientales.
SEG: ¿Qué tipo de relación sostiene el movimiento en contra de la explotación con la multinacional Anglogold Ashanti S.A?
RAG: Con esta multinacional no tenemos nada que hablar. Los únicos diálogos que mantenemos son en los escenarios públicos de debate y discusión. Nuestras exigencias son con el Estado Colombiano y no con intereses extranjeros o foráneos. Sin embargo, en estos momentos el Ingeniero Luís Carlos Hernández se encuentra demandado; el equipo de biólogos que se encontraba en una salida de campo fue vigilado por un funcionario de la multinacional e incluso fueron puestos sobre aviso por el Ejercito de Colombia sobre la imposibilidad de acercarse al sitio de la Colosa. Nuestros eventos son filmados, ellos toman fotos y han entorpecido actividades lideradas por los jóvenes de Cajamarca.
SEG: ¿Qué actividades importantes se han logrado en contra de la mina?
RAG: Junto al representante estudiantil del Consejo Superior de la Universidad del Tolima y la Red ambiental y cultural “La Reversa”, logramos evitar que el Alma Máter firmara el convenio de monitoreo ambiental con la multinacional, pues con ello se pretendía legalizar la ilegalidad. Para los que no conocen, esta empresa fue multada por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, con 139 millones de pesos, pues violentó la ley colombiana. Este año, Anglogold Ashanti fue catalogada por dos ONG internacionales (Greenpeace y Declaración de Berna) como la peor empresa del mundo, por sus actividades contaminantes e irrespeto a los Derechos Humanos en Ghana.
SEG: ¿Cómo ve la función de los medios de comunicación en cuanto a información sobre la actividad minera en el departamento?
RAG: Hay que decir que ha faltado mayor investigación y trabajo informativo. Es injustificable que decenas de periodistas hayan viajado a Brasil a ver las minas de Anglogold; sin diseñar visitas alternativas, agendas diferentes al discurso oficial y motivado de la multinacional; para corroborar si lo que les dicen es cierto o falso. El problema no es que se dejen seducir por los viajes, ceremonias o agasajos, sino el profesionalismo con el cual desarrollan su ejercicio comunicativo. Los periodistas generan opinión pública, por tal razón, deben tener mayor rigurosidad, en la idea de no distorsionar la realidad y favorecer el interés del poderío económico, en contravía del interés general.
SEG: ¿Cómo ha respondido la multinacional AGA a sus contradictores?
RAG: Con silencio y evasivas. Ellos saben que no tienen argumentos para defender su barbarismo ambiental. Para el año 2008, en un informe propio de la misma multinacional, reconocen que en la Colosa gastaron más de 329 mil millones de pesos en gobernanza, cerca de 900 millones de pesos diarios en compra de conciencias. La ciudadanía puede ver al Deportes Tolima, Conservatorio, Cruz Roja, fiestas del Folclore, viajes nacionales e internacionales, y toda la serie de apoyos y prebendas que genera esta multinacional con el objetivo de generar una actitud favorable a su proyecto ecocida y contaminante.
SEG: ¿Qué entes institucionales se han sumado a esta causa?
RAG: En este caso puntual hay que reconocer la entereza que ha demostrado Carmen Sofía Bonilla, directora de Cortolima. Dentro de las instituciones públicas hay que resaltar el papel de la Personeria de Ibagué, Contraloría Departamental, Procuraduría Agraria y Judicial, en cabeza de Diego Alvarado. A nivel privado, Usocoello y la Cámara de Comercio del Espinal. También es importante resaltar la participación del Consultorio Jurídico de la Universidad del Rosario, que ha contribuido en la lucha jurídica.
SEG: Según los casos que conoce, ¿existe realmente la minería sostenible, responsable?
RAG: Cuando comenzamos el debate le pusimos el reto a la multinacional de mostrar un proyecto minero a cielo abierto que no contamine suelos, agua, aire y que genere desarrollo social, científico, ético en las comunidades aledañas a estos proyectos. Ya han pasado dos años y el modelo de minería sostenible y responsable del Brasil que tenían como ejemplo, terminó siendo un fiasco. La única minería que no es contaminante es la de batea. El modelo nacional para el oro es más que irracional, por cada 100 pesos que se generan, sólo nos quedan 3.2, además del atraco, dejan las aguas contaminadas y los ecosistemas totalmente degradados.
SEG: ¿Se ha generado un verdadero movimiento social en contra de la mina?
RAG: La resistencia ha venido creciendo. Las comunidades tienen claridad sobre los impactos ambientales, sociales y de violación a Derechos Humanos que traen estos emprendimientos. La conciencia ambiental, el respeto por todas las formas de vida, la necesidad de conservar y proteger nuestra agua y ecosistemas naturales son parte de las ganancias que tiene el movimiento social que se resiste a la implementación de la cultura de la muerte, despojo y contaminación.
SEG: ¿La pelea es contra AGA o contra la megaminería en general?
RAG: La pelea no es contra esta empresa en particular, sino contra todo el modelo económico extractivista e irracional que nos quieren implementar. El cambio climático es una realidad, debemos prepararnos para adecuarnos a estos nuevos contextos que impusieron los países industrializados a toda la sociedad planetaria.
SEG: ¿Qué resultados se esperan con la próxima marcha que se realizará el 3 de Junio?
RAG: Esta lucha debe ser entendida como proceso. Esperamos que cientos y miles de personas acepten la invitación de defender nuestro derecho al agua y la vida. A que entiendan que consciente o inconscientemente somos culpables de lo que nos pasa, sea por acción u omisión. Si queremos que nuestros hijos y nietos tengan un futuro digno, es momento de actuar y pensar diferente.
SEG: ¿Qué características tiene una marcha carnaval, y por qué es válida en la protesta contra de la minería?
RAG: Si queremos ganar esta lucha tenemos que incluirle al proceso nuevas formas de hacer política, otros discursos, lenguajes y hasta nuevas formas organizativas. La idea es que frente a la cultura de la muerte, antepongamos la cultura del amor y respeto por la vida. Nuestras movilizaciones deben desenvolverse en medio de la alegría y diversión que generan las actividades artísticas, lúdicas y culturales. Por medio de la fiesta, del carnaval, vamos a espantar las malas energías e individualismos propios de la avaricia y codicia.
- El vicepresidente de la Asociación de biólogos de la Universidad del Tolima, que se desempeñó como Coordinador de Proyección Social y docente catedrático de la misma, es hoy uno de los grandes personajes que lidera el movimiento social en contra de la mina La Colosa en Cajamarca. Candidato a magíster en la maestría en Territorio, Conflicto y Cultura, Renzo Alexander García, dio cuenta de cómo se han logrado los procesos de organización y conciencia socio-ambiental en el Tolima por una sensible causa que, más allá de oponerse a la mina, defiende la vida.
Silvia Estefanía Gamba: Teniendo en cuenta que la inversión extranjera y la minería se han convertido en ejes estratégicos de los planes de gobierno de los últimos años ¿por qué enfrentarse a la locomotora de la minería?
Renzo Alexander García: La minería a cielo abierto es una de las actividades económicas más bárbaras y destructivas de los ecosistemas, es responsable del 40% de las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera. Según la Agencia de Protección Ambiental, la industria minera es una de las primeras causas de contaminación de cursos de agua en Estados Unidos. Es ilógico entonces, que sabiendo que las guerras del futuro serán por agua, nosotros estemos permitiendo que los ecosistemas que sustentan la regulación hídrica se vayan a afectar de manera significativa. Es absurdo, que siendo Colombia el cuarto país del mundo con mayor riqueza biótica, el primero con mayor número de aves y anfibios del planeta, el segundo a nivel de plantas, tercero en reptiles y quinto en mamíferos; optemos por el camino del barbarismo ambiental en lugar de aprovechar esta riqueza natural.
SEG: ¿Cuál es la dinámica y qué se pretende con la oposición a la mina La Colosa en Cajamarca?
RAG: Si queremos detener la cultura de muerte de estos proyectos mineros, indiscutiblemente debemos aprender a trabajar en colectivo; sumar fuerza social, cambiar las prácticas y discursos de la resistencia para establecer procesos de movilización de pensamiento y capacidad de propuesta, que permitan entender la necesidad de implementar nuevos patrones de relacionamiento ambiental. De lo contrario, la naturaleza nos seguirá pasando la ‘cuenta de cobro’. Los consecuentes “desastres naturales” que se acontecen por la oleada invernal, son producto de la irracionalidad con que los colombianos estamos tratando nuestras cuencas y bosques altoandinos.
SEG: ¿En qué momento sintió la necesidad de liderar esta causa y cuánto tiempo lleva en ella?
RAG: Llevamos dos años demostrando que por nuestro corazón palpitante circula sangre Pijao, que aunque la pelea sea dura y larga, vamos a ganar, dado que nuestras fuerzas se afianzan en la dignidad que tenemos como tolimenses. La experiencia de este proceso es muy interesante, pues lo que se ha logrado hasta el momento, es fruto del accionar directo de las comunidades de Cajamarca y Anaime, los diferentes grupos universitarios, la diversidad de sectores sociales y políticos, que de manera conjunta y articulada, hemos entendido que el agua y la vida, no tienen precio; que en el Tolima existe gente con dignidad, ética, entereza y firmeza, dispuesta a defender el derecho sus hijos y nietos a un ambiente sano.
SEG: ¿Cuántas personas y qué asociaciones o grupos están hoy oponiéndose a la mina?
RAG: A nivel del país se ha estructurado la Red Nacional Contra la Megaminería Trasnacional (RECLAME), que integra a cerca de 100 organizaciones. En el orden regional contamos con una articulación y dialogo permanente entre sectores sociales, ambientales y culturales del Tolima, Quindio, Risaralda y Caldas. En Cajamarca, hace dos años, Ecotierra era la única organización en resistencia a la Colosa; hoy en día encontramos a COSAJUCA, Conciencia Campesina, OSADA, UCAT, el Observatorio Social y Ambiental. En Ibagué, La Reversa y el Comité Ambiental en Defensa de la Vida, son los escenarios que articulan las organizaciones sociales y ambientales.
SEG: ¿Qué tipo de relación sostiene el movimiento en contra de la explotación con la multinacional Anglogold Ashanti S.A?
RAG: Con esta multinacional no tenemos nada que hablar. Los únicos diálogos que mantenemos son en los escenarios públicos de debate y discusión. Nuestras exigencias son con el Estado Colombiano y no con intereses extranjeros o foráneos. Sin embargo, en estos momentos el Ingeniero Luís Carlos Hernández se encuentra demandado; el equipo de biólogos que se encontraba en una salida de campo fue vigilado por un funcionario de la multinacional e incluso fueron puestos sobre aviso por el Ejercito de Colombia sobre la imposibilidad de acercarse al sitio de la Colosa. Nuestros eventos son filmados, ellos toman fotos y han entorpecido actividades lideradas por los jóvenes de Cajamarca.
SEG: ¿Qué actividades importantes se han logrado en contra de la mina?
RAG: Junto al representante estudiantil del Consejo Superior de la Universidad del Tolima y la Red ambiental y cultural “La Reversa”, logramos evitar que el Alma Máter firmara el convenio de monitoreo ambiental con la multinacional, pues con ello se pretendía legalizar la ilegalidad. Para los que no conocen, esta empresa fue multada por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, con 139 millones de pesos, pues violentó la ley colombiana. Este año, Anglogold Ashanti fue catalogada por dos ONG internacionales (Greenpeace y Declaración de Berna) como la peor empresa del mundo, por sus actividades contaminantes e irrespeto a los Derechos Humanos en Ghana.
SEG: ¿Cómo ve la función de los medios de comunicación en cuanto a información sobre la actividad minera en el departamento?
RAG: Hay que decir que ha faltado mayor investigación y trabajo informativo. Es injustificable que decenas de periodistas hayan viajado a Brasil a ver las minas de Anglogold; sin diseñar visitas alternativas, agendas diferentes al discurso oficial y motivado de la multinacional; para corroborar si lo que les dicen es cierto o falso. El problema no es que se dejen seducir por los viajes, ceremonias o agasajos, sino el profesionalismo con el cual desarrollan su ejercicio comunicativo. Los periodistas generan opinión pública, por tal razón, deben tener mayor rigurosidad, en la idea de no distorsionar la realidad y favorecer el interés del poderío económico, en contravía del interés general.
SEG: ¿Cómo ha respondido la multinacional AGA a sus contradictores?
RAG: Con silencio y evasivas. Ellos saben que no tienen argumentos para defender su barbarismo ambiental. Para el año 2008, en un informe propio de la misma multinacional, reconocen que en la Colosa gastaron más de 329 mil millones de pesos en gobernanza, cerca de 900 millones de pesos diarios en compra de conciencias. La ciudadanía puede ver al Deportes Tolima, Conservatorio, Cruz Roja, fiestas del Folclore, viajes nacionales e internacionales, y toda la serie de apoyos y prebendas que genera esta multinacional con el objetivo de generar una actitud favorable a su proyecto ecocida y contaminante.
SEG: ¿Qué entes institucionales se han sumado a esta causa?
RAG: En este caso puntual hay que reconocer la entereza que ha demostrado Carmen Sofía Bonilla, directora de Cortolima. Dentro de las instituciones públicas hay que resaltar el papel de la Personeria de Ibagué, Contraloría Departamental, Procuraduría Agraria y Judicial, en cabeza de Diego Alvarado. A nivel privado, Usocoello y la Cámara de Comercio del Espinal. También es importante resaltar la participación del Consultorio Jurídico de la Universidad del Rosario, que ha contribuido en la lucha jurídica.
SEG: Según los casos que conoce, ¿existe realmente la minería sostenible, responsable?
RAG: Cuando comenzamos el debate le pusimos el reto a la multinacional de mostrar un proyecto minero a cielo abierto que no contamine suelos, agua, aire y que genere desarrollo social, científico, ético en las comunidades aledañas a estos proyectos. Ya han pasado dos años y el modelo de minería sostenible y responsable del Brasil que tenían como ejemplo, terminó siendo un fiasco. La única minería que no es contaminante es la de batea. El modelo nacional para el oro es más que irracional, por cada 100 pesos que se generan, sólo nos quedan 3.2, además del atraco, dejan las aguas contaminadas y los ecosistemas totalmente degradados.
SEG: ¿Se ha generado un verdadero movimiento social en contra de la mina?
RAG: La resistencia ha venido creciendo. Las comunidades tienen claridad sobre los impactos ambientales, sociales y de violación a Derechos Humanos que traen estos emprendimientos. La conciencia ambiental, el respeto por todas las formas de vida, la necesidad de conservar y proteger nuestra agua y ecosistemas naturales son parte de las ganancias que tiene el movimiento social que se resiste a la implementación de la cultura de la muerte, despojo y contaminación.
SEG: ¿La pelea es contra AGA o contra la megaminería en general?
RAG: La pelea no es contra esta empresa en particular, sino contra todo el modelo económico extractivista e irracional que nos quieren implementar. El cambio climático es una realidad, debemos prepararnos para adecuarnos a estos nuevos contextos que impusieron los países industrializados a toda la sociedad planetaria.
SEG: ¿Qué resultados se esperan con la próxima marcha que se realizará el 3 de Junio?
RAG: Esta lucha debe ser entendida como proceso. Esperamos que cientos y miles de personas acepten la invitación de defender nuestro derecho al agua y la vida. A que entiendan que consciente o inconscientemente somos culpables de lo que nos pasa, sea por acción u omisión. Si queremos que nuestros hijos y nietos tengan un futuro digno, es momento de actuar y pensar diferente.
SEG: ¿Qué características tiene una marcha carnaval, y por qué es válida en la protesta contra de la minería?
RAG: Si queremos ganar esta lucha tenemos que incluirle al proceso nuevas formas de hacer política, otros discursos, lenguajes y hasta nuevas formas organizativas. La idea es que frente a la cultura de la muerte, antepongamos la cultura del amor y respeto por la vida. Nuestras movilizaciones deben desenvolverse en medio de la alegría y diversión que generan las actividades artísticas, lúdicas y culturales. Por medio de la fiesta, del carnaval, vamos a espantar las malas energías e individualismos propios de la avaricia y codicia.
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