El derrame de 100.000 m3 de agua con cianuro y otros contaminantes peligrosos continúa afectando gravemente a varios países europeos. La Comunidad Europea advirtió que la catástrofe ambiental en el Danubio podría repetirse en cualquier momento.
Tras el inédito derrame de 100.000 m3 provocado por el desborde de un dique de contención en la mina de oro Aurul de Rumania continúan los graves efectos sobre el río Danubio. El 50% del paquete accionario de la mina es propiedad de la empresa australiana Esmeralda Exploration Co. Los responsables de la mina serán demandadas judicialmente por el gobierno de Hungría. Se anticipó que solicitarían el embargo de sus bienes para poder garantizar el pago de indemnizaciones. Las intensas nevadas ocurridas en el norte de Rumania el 31 de enero ocasionaron el desborde del dique, que contenía altas concentraciones de cianuro y otras sustancias tóxicas. Los residuos contaminaron el río Szamos y el Tisza, cuyas aguas llegan al Danubio. Bulgaria confirmó que el vertido tóxico ya arribó a su territorio, donde se superaron los niveles admitidos de concentración de cianuro de 0,1 miligramo por litro. Aunque en su origen el vertido contenía valores de cianuro 700 veces superiores a los admitidos internacionalmente, al llegar a las caudalosas aguas del río Danubio se diluyeron. Alcaldes de las localidades ribereñas del río Szamos, el primero en recibir el vertido tóxico, denunciaron que ¨desde hace años es habitual que los fines de semana el río se llene de aguas residuales y de líquidos contaminantes procedentes de una fábrica de curtidos rumana y de la mina de oro que produjo el derrame¨. Por otra parte el derrame ya contaminó la flora y la fauna a lo largo de 40 kilómetros de la ribera del río Tisza, el segundo río más importante de Hungría.
Expertos en ambiente de la Comunidad Europea sostienen que el suministro de agua a las 325.000 personas que habitan en cercanías del río está asegurado dado que las autoridades húngaras adoptaron medidas de precaución. El organismo europeo insiste en que el riesgo no se encuentra sólo en el cianuro sino, sobre todo, en la presencia de metales pesados dado que representan un peligro para los ecosistemas naturales.Es importante destacar que la Comisión Europea expresó que tanto la rotura del dique en la mina de oro rumana de Baia Mare como el vertido de 5.000.000 m3 de residuos tóxicos cerca de Doñana en abril de 1998, podrían repetirse en cualquier momento y en cualquier Estado miembro de la Unión Europea. Es por esto que Bruselas elabora un registro sobre los niveles de seguridad de los emprendimientos mineros de la comunidad y de los países candidatos a integrar la unión.
FUNAM destacó la diferencia de actitudes que muestran países europeos y la Argentina ante accidentes mineros. Su presidente, Raúl Montenegro, indicó que un derrame igualmente grave ocurrido en la mina Comsur de Bolivia, que contaminó con arsénico y otros metales pesados el río Pilcomayo, fue prácticamente silenciado por la entonces Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable María Julia Alsogaray¨. En esa oportunidad murieron dos niños por ingesta de pescado contaminado. Montenegro agregó que la ¨irresponsable actitud de esa funcionaria hizo que presentáramos una denuncia penal en su contra en los Tribunales Federales. FUNAM consideró que había violado los deberes de funcionaria pública¨. Aún hoy se desconoce con precisión cuáles fueron los impactos sanitarios y ambientales de ese grave accidente, aunque estudios preliminares realizados por una profesional de la Fundación Mundo Mejor de Formosa revelaron valores elevados de metales pesados en pobladores indígenas de las riberas del Pilcomayo¨.
Fuentes: FUNAM (Córdoba ); El País y El Mundo (España); La Voz del Interior (Córdoba), febrero del 2000.
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