La asociación de Mineros Unidos de Marmato, que reúne a los guacheros de este municipio y las poblaciones circunvecinas, denuncia ante la opinión pública los atropellos que se han venido dando en contra de este sector de trabajadores mineros de Marmato. El pasado viernes 21 de enero, la fuerza pública por orden del alcalde de Supía, intentó desalojar a aproximadamente 400 trabajadores de más de 10 minas, que vienen realizando labores informales desde hace aproximadamente 3 años, conocidas como (...)
La asociación de Mineros Unidos de Marmato, que reúne a los guacheros de este municipio y las poblaciones circunvecinas, denuncia ante la opinión pública los atropellos que se han venido dando en contra de este sector de trabajadores mineros de Marmato. El pasado viernes 21 de enero, la fuerza pública por orden del alcalde de Supía, intentó desalojar a aproximadamente 400 trabajadores de más de 10 minas, que vienen realizando labores informales desde hace aproximadamente 3 años, conocidas como guacheo. Debido a un amparo administrativo solicitado por la Compañía Minera de Caldas (absorbida hoy por Medoro) se pidió el desalojo de estas minas, que de acuerdo a la petición pertenecen a dicha compañía.
Basta hacer un ejercicio de memoria para recordar el proceso que nos ha llevado a laborar en estas minas desde hace algún tiempo, para entender la posición de cientos de trabajadores que reclamamos justicia y el vital derecho a trabajar. En el año 2008 la Colombia Goldfields (compañía canadiense cuyos socios pertenecen hoy a Medoro) compró cerca de 84 minas y acto seguido procedió a cerrarlas, dejando a más de 800 personas sin ninguna opción laboral o de sustento, y yéndose posteriormente sin pagar ningún tipo de liquidación a los trabajadores; todo esto en contravía de los marcos legales que estipulan que la minería es de utilidad pública y debe prestar una función social, es decir, debe brindar empleos y dinamismo económico, la compañía clausuró arbitrariamente estas fuentes de trabajo. Desde aquel entonces hemos denunciado estos abusos por parte de la compañía, al igual que la desprotección por parte del Estado, ya que su inacción y pasividad ante este caos social y económico generado por la transnacional, ha favorecido los intereses de la misma en desmedro del bienestar de cientos de compatriotas, y el Estado ha incumplido ampliamente con sus deberes constitucionales, al ir en contravía del artículo 25 de la constitución colombiana, donde se estipula que: “el trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado.”.
Seis meses después del cierre de las minas, y al comprobar que allí no se venía realizando ninguna labor de exploración o explotación, procedimos a reiniciar labores artesanales que nos han permitido hasta el día de hoy, por lo menos tener un sustento básico para mantener a nuestras familias. Consideramos que los derechos de la Compañía Minera de Caldas y por ende de Medoro sobre estas minas están extintos, ya que por más de 12 meses consecutivos no se han realizado labores por su parte y no ha habido causa justificada para ello, por lo menos de conocimiento público. En este sentido, procederemos legalmente a demostrar estos puntos que avalan nuestra posición y rechazamos los métodos de esta compañía, que buscan por un lado, por medio de Cetec (Ong que le presta servicios a Medoro), supuestamente conciliar con el fin de que firmemos un contrato donde reconozcamos la propiedad por parte de ellos sobre las minas, y que por otro, a través de vías judiciales, buscan desalojarnos en el menor tiempo posible de las minas. Engaños que bajo el manto del dialogo y la concertación buscan poner a los trabajadores en condiciones laborales mínimas y muy inferiores a las que tenían anteriormente, como ya ha sucedido en el pasado.
Finalmente rechazamos la decisión del alcalde de Supía de firmar la orden de desalojo del pasado 21 de enero, ya que habiéndose declarado impedido el Alcalde de Marmato por el hecho de ser minero, la primera autoridad de Supía debería haber obrado en el mismo sentido, ya que al no ser Marmato jurisdicción suya, seguramente desconoce las implicaciones que este tipo de ordenes tienen a nivel social y económico, y porque además una gran cantidad de guacheros proceden de este municipio vecino. Le hacemos un llamado para que no proceda de esta manera nuevamente, porque estamos seguros de que él no querrá verse en la penosa posición de dejar a más de 100 trabajadores de su tierra sin empleo, a sabiendas que el comercio en su población depende en gran porcentaje del dinamismo económico que Marmato impulsa.
También nos dirigimos al alcalde Uriel Ortiz, solicitándole que cuando convoque a dialogo a los representantes de los guacheros en su despacho, advierta que las reuniones no solo serán con él sino también con los representantes de Medoro y todo su equipo de abogados, para por lo menos ampararnos en los representantes legales con los que nosotros también contamos y de esta manera poder entablar una conversación entre iguales, sin ventajas para ninguna de las dos partes involucradas.
Los guacheros de Marmato y las zonas vecinas, piden el apoyo de la población Marmateña y colombiana, al considerar que tenemos derecho a trabajar honradamente y advertimos que este tipo de actuaciones por parte de la transnacional Medoro Resources, son el comienzo de lo que podría sucederle al resto de la población. Hoy intentan desalojarnos a nosotros y dejarnos sin opciones de trabajo, prácticamente condenándonos a la miseria y al hambre. Seguramente en un futuro no muy lejano la compañía intente proceder de igual manera con el resto de mineros y pobladores que entorpezcan sus planes de realizar una explotación a cielo abierto sobre el casco urbano de Marmato.
Los guacheros apoyan la justa lucha de la población de Marmato por mantenerse en el lugar que históricamente han ocupado sus gentes, y esperamos contar con el apoyo de ustedes en la lucha que venimos emprendiendo contra los mismos métodos de despojo que hoy nos tienen como primer objetivo a nosotros.
Asociación de Mineros Unidos de Marmato.
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