Por Samir Ammar.
Cuando se habla de Marmato son muy pocos los escenarios ,
donde no salga a relucir como tema
central la economía, pues generalmente el tema siempre termina con las riquezas
mineras de nuestro pesebre de oro y lo mucho que se puede hacer con ellas.
Pues bien, el Martes pasado tuve la fortuna de escuchar la
sustentación de la tesis de grado de una Socióloga, y de repente volví a los
viejos recuerdos de mi infancia cuando entre los frecuentes apagones del fluido
eléctrico y las noches oscuras, tirado en el corredor frio de nuestra casa y
rodeado de amigos escuchábamos a los adultos las muchas historias que
se tejían alrededor de los mitos y leyendas que solo con el paso de los siglos
se pueden construir, esta profesional se adentro en lo más profundo de nuestro
existir, removió las razones por las cuales se siente ese gran amor por nuestra tierra, nuestro hogar,
nuestra familia, nuestras costumbres, pero sobre todo el apego por ese lugar
que es y ha sido por el transcurrir de los siglos nuestro gran orgullo, porque es
difícil pensar que quien es Marmateño o conoce a Marmato no se enamora de el, no por sus riquezas, sino por el valor más preciado, su gente.
Al sentir que podemos desaparecer como territorio, se hace
inimaginable los valores tan grandes que se perderían, valores que como lo dije
anteriormente solo el paso de los siglos pueden ser construidos, pero sobre
todo ese patrimonio social representado en las costumbres más sanas, de hombres
y mujeres buen@s que están llenos de principios, donde la única clase social es
la de ser Marmateño, el tejido social es un valor tan inmenso que muchas
poblaciones que han sido azotadas por la violencia en Colombia, añoran regresar
a sus tierras donde un día sembraron la muerte los señores de la guerra, sin
embargo y a pesar de que sus vidas corren
peligro, prefieren regresar allí donde construyeron sus sueños, su
proyecto de vida, que vivir cómodamente alejados de su tierra, realmente es un
sentimiento difícil de explicar, pero muy fácil de sentir.
Y a pesar de que las grandes corporaciones y los grandes
empresarios y economistas del mundo piensen que este tipo de sentimientos son
estupideces, que en un mundo globalizado lo importante y lo único que vale es
las riquezas materiales, para el común de la gente que somos la gran mayoría las
riquezas inmateriales representan una gran fortuna, fortuna que no es fácil construir,
porque esta solo depende de algo, ese algo que nadie puede comprar, y es
precisamente el tiempo, ese mismo tiempo que en Marmato puede estar acabando si
permitimos que nos destruyan como sociedad.
es precisamente el tiempo, ese mismo tiempo que en Marmato puede estar acabando si permitimos que nos destruyan como sociedad.
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